Hoy
quiero compartir con vosotros una historia que me ha llegado al alma, como lo
ha hecho con multitud de personas que la han leído.
¡Hola! Esto es una carta extraña, pues no sé a quién le escribo. Solo espero que algún día, por suerte o por tenacidad, llegue a la persona que abandonó a Caos: nuestro perro, que antes no fue nuestro, sino de alguien que no lo merecía.
La
encontré en la página de Cuencanimal pero pertenece Javier Ruiz del Blog doblandotentáculos.
Por favor leer la historia y si os apetece, daros una vueltecilla por su blog, merece la pena.
De cómo tu perro cambió mi (nuestra) vida
¡Hola! Esto es una carta extraña, pues no sé a quién le escribo. Solo espero que algún día, por suerte o por tenacidad, llegue a la persona que abandonó a Caos: nuestro perro, que antes no fue nuestro, sino de alguien que no lo merecía.
![]() |
Caos descansando en una terraza (junio de 2012). |
Llegó a finales de junio del 2012, y se
fue la víspera del día de Reyes del 2015, de madrugada. Sí, has leído
bien: la noche de Reyes del año 2015. Vivió dos años y siete meses más
de lo que supongo creías, y yo hubiese empezado a escribir esta carta en
el mismo momento en que nos despedimos de él si hubiera podido reunir
el valor para sentarme en la mesa de trabajo junto a la que él
descansaba varias horas al día.
Si todavía no sabes si fue tu perro, te diré que lo recogimos en la carretera antigua que conecta Corbera de Llobregat con San Andrés de la Barca (la Ctra. de Sant Andreu),
a la altura de aquella finca que está tocando con una de las curvas
cercanas al Eroski, donde solía haber una luz exterior siempre encendida
por la noche. Y si por fin estás leyendo esto, aprovecho para
asegurarte que no te guardo rencor —ni tan siquiera él lo hacía, creo—,
solo quiero (queremos) hablar contigo un minuto. Quiero que me escuches, a mí, que tengo la capacidad de llamar tu atención, a diferencia de aquel que fue tu perro una vez, pero no más.